Una transfusión de sangre puede salvar la vida. Los productos sanguíneos incluyen la sangre total (sangre con todos sus componentes), los concentrados de hematíes (los glóbulos rojos que transportan el oxígeno), las plaquetas (las células de la sangre que permiten que se coagule), el plasma (el componente líquido de la sangre sin células) y un concentrado de factores de la coagulación. Cuando se transfunde un concentrado de hematíes, aumenta el recuento de glóbulos rojos del paciente. Este recuento suele determinarse por la concentración de hemoglobina, la proteína que transporta el oxígeno hasta los tejidos y células de todo el cuerpo. La concentración normal de hemoglobina es de alrededor de 12-15 g por 100 ml de sangre en mujeres y del orden de 14-17 g/100 ml en varones. A pesar de que las circunstancias individuales pueden ser diferentes, la anemia (disminución del recuento de hematíes o glóbulos rojos) puede requerir transfusión cuando la concentración de hemoglobina es del orden de 7 g/100 ml. La investigación médica ha revelado que, cuando esta proteína transportadora del oxígeno disminuye hasta la citada concentración, tiene lugar una disminución considerable del transporte de oxígeno hasta los tejidos. En el número de JAMA correspondiente al 6 de octubre de 2004 se incluye un artículo sobre transfusión de sangre en el contexto de un síndrome coronario agudo (ataque al corazón).
RAZONES PARA EFECTUAR UNA TRANSFUSIÓN DE SANGRE
- Pérdida de sangre debida a traumatismo o una hemorragia interna.
- Pérdida de sangre durante y después de una intervención quirúrgica, incluido un trasplante de órgano.
- Tratamiento de la leucemia y otros tipos de cáncer.
- Anemia debida a enfermedades.
- Trastornos hemorrágicos.
RIESGOS PRINCIPALES DE LA TRANSFUSIÓN
- Reacciones transfusionales por administración de sangre incompatible
REFERENCIAS
The Journal of the American Medical Association
Transfusión de sangre http://jama.ama-assn.org/cgi/data/292/13/1646/DC1/1 2008
2008
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